¿Qué nos contaron del amor? “Relaciones de Pareja”
En torno a todo lo que tiene que ver con el amor, hay infinidad de creencias que nos hacen presos de nuestros sentimientos, distorsionando nuestra manera de vivir con amor.
Creo que el amor al que damos más importancia es al de encontrar el amor en pareja. Soñamos una y otra vez que algún día vendrá esa otra parte, nuestra media naranja para surfear los mares, para cabalgar largas llanuras, para compartir todo con nuestra otra parte.
Así caemos en un afán interminable de búsqueda de nuestros príncipes o princesas, ésos que nos devolverán las ganas de vivir y sonreír.
Nada más lejos de la realidad, pues buscamos desde la carencia más absoluta.
Muchas veces las relaciones que forjamos, son desde la dependencia. En vez de darnos alas, nos las corta, en vez de sumar juntos, restamos. Todo ello por miedo a perder, perder qué, si somos seres libres.
Eso es el amor, amar sin condición y respetando la libertad.
Intentamos que la otra parte ocupe nuestros huecos vacíos, llene nuestro pozo de agua potable, y eso no pasará, pues aunque creamos que llenan nuestros huecos, nunca será como nosotros queremos, con lo cual entramos en ceder de una manera muy sutil nuestra fuerza al otro, creando relaciones de apego, sufrimiento, bucles incansables de exigencia, imponiendo cómo tienen que ser las cosas.
Creencias como:
Más vale malo conocido que bueno por conocer…
No te fíes de los hombres, etc…
¿Qué creéis, que nos acerca o nos aleja, para confiar que sí es posible?
Lo primero que tenemos que tener claro es nuestra manera de amarnos como seres individuales, sin la necesidad y convencimiento que nuestra otra parte nos solucionará y nos amará hasta el infinito…
Ahí ya empezamos con condiciones…
No paramos de oír por todos los sitios, que primero nos tenemos que querer para poder querer de una manera con desapego. Y entonces ¿por qué seguimos frustrados con las relaciones de pareja?
Cuando en mi consulta abordo conflictos de pareja, escucho a menudo: es que no me hace caso, no me cuida, no es detallista, no me siento… etc.
A todos mis clientes les revierto las preguntas:
¿Por qué no te haces caso? ¿Por qué no te mimas? o ¿en qué no te estás permitiendo mimarte? ¿Por qué no te cuidas? ¿quizás no sepas cuidarte? ¿Cuánto hace que no tienes un detalle contigo mismo/a?
Las caras de mis clientes cambian y empiezan cómo no a justificarse.
Deja de fijarte en lo que te dan o no te dan y céntrate en ti mismo de una manera saludable, para poder compartir de una forma más pura. Esto no es un acto egoísta, todo lo contrario, si consigues estar bien, lo que compartirás será verdadero y maduro, sin pequeñeces.
Nuestra educación está basada en el sacrificio, lo tenemos incorporado en todas la células. ¿Pero de qué sacrificio hablamos? Ese que te hace hacer cosas que no te apetecen, ese que por quedar bien te genera un malestar, ese que te hace olvidarte de ti y ponerte el último de la cola permanentemente…
¿Qué pasa cuándo ese sacrificio lo trasladamos a las relaciones de pareja? ¿Qué nos ocasiona?
Son preguntas de reflexión…
Con esto no estoy invitando a que no hagamos cosas los unos con los otros, pero prestemos atención de qué manera nos sacrificamos, desde dónde. Muchas veces entramos en el victimismo, en dar una y otra vez vueltas al palito.
Seamos conscientes que el victimismo es una manera de controlar, mientras emito quejas, se apiadan de mí. Es un bucle para mantener la atención a nuestra persona.
Creo firmemente por experiencia propia, que todos somos espejos. Cuando argumento esto suele haber un poco de resistencia en consulta.
Vamos a pensar que viene a mostrarme mi pareja. Mi pareja va ser el espejo en el que me miro todos los días, un espejo que me va a mostrar lo que he de aprender, un espejo que me da la oportunidad de crecer como persona, de poner mis límites si no lo he aprendido, de valorarme, de estar más en mí, de quererme, etc.
Hay experiencias más duras que otras, sólo aprende y cuando lo hayas aprendido decide qué es lo más beneficioso.
Recuerda que lo que no aprendas con una pareja, aunque la dejes, tendrás que aprenderlo con la siguiente, en mayor o menor escala.
Recordemos que venimos a limpiar y reparar experiencias ya vividas de nuestro clan. Si lo podemos integrar nos serán más fáciles los aprendizajes.
Una vez que tomamos conciencia de ciertas situaciones, dejamos de estar en modo resistencia, entendemos que todo lo vivido es una parte necesaria para nuestra propia evolución y sentimos una quietud interna que nos hace vibrar en una frecuencia apta para recibir aquello en lo que estamos vibrando.
Sólo puedo decir GRACIAS en mayúsculas a todas las parejas con las que interactué en algún momento de mi vida, pues todas eran yo. Cada una de ella me mostró todo lo que tenía que aprender en el momento justo.
¡Creo en el amor! En el amor de mí hacia fuera, ese que comparto cada día conmigo y con quien me cruzo.
Ser felices!!!
Deja una respuesta